El café es una de las bebidas más consumidas en el mundo, que posee saludables propiedades siempre que se incluya en una dieta equilibrada y se tome en las cantidades justas.

Es un buen estimulante, que actúa en el organismo como poderoso antioxidante, pero al señalar sus múltiples beneficios, conviene tener en cuenta que no todas sus variedades son iguales y recordar que el café torrefacto se considera malo para la salud. Además, notarás su diferencia de sabor desde el primer café capuchino que prepares.

¿Cómo afecta el café torrefacto a tu salud?

Si el café de especialidad es el más natural, cuidado y exquisito, el torrefacto es el polo opuesto. De hecho, hay quien cree que el café torrefacto debería estar prohibido por el perjuicio que podría causar a la salud.

Es importante saber que el café torrefacto contiene azúcares añadidos, que no aportan beneficio alguno, y que pueden resultar contraproducentes, especialmente para personas con diabetes.

Además, una vez hecho, tiene un sabor intenso, algo amargo y con cierto regusto a ‘quemado,’ por lo que es habitual tomarlo con extra de azúcar, algo que resulta poco saludable en caso de obesidad o sobrepeso.

Aunque no hay estudios determinantes, se estima que el método de tueste del café torrefacto incide en la pérdida de parte de sus buenas propiedades antioxidantes.

Por otra parte, el tueste y la quema del azúcar también podría tener otra consecuencia negativa para la salud: la presencia de hidrocarburos aromáticos policíclicos, sustancias, aún en estudio, que algunas investigaciones relacionan con distintas enfermedades incluso con determinados tipos de cáncer.

¿Qué es el café torrefacto?

Básicamente, al hablar de los distintos tipos de café hay que distinguir entre el café natural, aquel en el que los granos verdes se tuestan sin añadir aditivo alguno y el torrefacto, al que,  durante el tueste, se le agrega entre un 15% y 20% de azúcar al café.

El proceso de torrefactado no solo altera las propiedades organolépticas del café haciéndolo más denso, oscuro y amargo, sino que, además, cubre cada grano de una imperceptible capa de azúcar caramelizado.

¿Por qué se produce café torrefacto?

El café en sus dos principales variedades, arábica o robusta, según la planta de la que proceda, es un producto 100% natural, que no necesita añadidos para desprender, al tostarse, todo el aroma que encierran sus granos. Entonces, surge la pregunta ¿Por qué se torrefacta el café?

La respuesta es sencilla. Al añadir azúcar, por un lado, se logra abaratar costes, obteniendo un producto más rentable (vender azúcar a precio de café) y por otro, esa capa de caramelo, sella el grano, disimulando cualquier imperfección y favoreciendo su mejor conservación y durabilidad.

¿Es malo para la salud el café torrefacto?

Cómo ya hemos comentado, el café torrefacto es un café procesado, que al mezclarse con azúcar hace que su consumo pueda acarrear problemas de salud a largo plazo. En nuestro blog ya hablamos de ello y te animamos a que descubras los beneficios de tomar el café sin azúcar.

El mejor café es también el más saludable y resulta fácilmente reconocible por el aroma, color y sabor único que da un tueste natural y artesano.

Ese tipo de café nada tiene que ver con el café torrefacto, que resulta muy poco saludable (como mínimo). Teniendo en cuenta esta realidad, ¿qué opciones tienen los amantes del café de sabor intenso?

Evita el café torrefacto

Encuentra el café que más se adapte a tus preferencias. Los tienes con un toque dulce y afrutado, suaves, con aromas cítricos y también naturales pero de sabor intenso, incluso con un punto de amargor que a muchos les encanta.

Puedes elegir el que te apetezca, pero no busques esa intensidad en un torrefacto porque si  pruebas un café natural y con un tueste artesanal, dejarás atrás el torrefacto para siempre, ganando en sabor y en salud.

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